Inconformista

Al haber ascendido a su padre, Charlotte y su hermana Jane junto con sus padres se iban a ir de vacaciones. El lugar de destino elegido era la playa, donde ya habían comprado una casita en frente de la playa.

Corrían los años 20 y el American Way Of Life se había extendido. Charlotte tenía dieciocho años y Jane veinte. Ellas con sus padres vivían en una casa enorme, en las afueras de Londres. Era una casa con un gran jardín donde desde pequeñas habían jugado. Los salones eran inmensos, la biblioteca tenía libros de todas las épocas, en el despacho de padre no se podía entrar. Todas las habitaciones grandes y en las que recibían invitados había una radio y un teléfono.
El dormitorio de Charlotte era amplio, con el tocador de su abuela: de madera, pintado a mano, con cajones imperfectos y el cristal roto que habían tenido que cambiar. Su cama era grande y confortable con doseles de seda y el armario de madera. Tenía muñecas de su infancia y muchos libros, todo muy bien ordenado, nada fuera de su lugar. Su terraza daba al jardín y la compartía con su hermana, que tenía su dormitorio al lado. El cuarto de Jane era más pequeño que el de Charlotte, tenía un tocador nuevo que era la envidia de todas sus amigas. Su cama, confortable y grande, también tenía doseles. Su armario era igual al de Charlotte. Ella lo único que tenía era ropa y complementos, todo estaba desordenado, todo fuera de su sitio.
Eran universos diferentes pero las dos hermanas se llevaban muy bien, se lo contaban todo, entre ellas no había secretos. Las dos habitaciones estaban conectadas mediante una puerta que ellas habían pedido construir.

Charlotte siempre estaba en casa. Le gustaba leer en la biblioteca mientras escuchaba la radio, se pasaba horas allí. A veces se iba de compras que era lo que más le gustaba hacer a su hermana. Jane en cambio siempre estaba fuera de casa, de compras, haciendo visitas a sus amigas o paseando con William, que pronto iba a ser su prometido.

Cuando les dijeron que iban a ir a la playa, las dos reaccionaron muy bien. Estaban muy contentas.
-¡Que bien! Vamos a ir a la playa. Quien lo diría.
-A ver si allí encuentras a un chico amable, simpático y, si puede ser, guapo. No sabes la felicidad que da eso, Charlotte.

El viaje era largo pero iban a ir en coche, conducido por el cochero. También se llevaban a algunas sirvientas.
En su equipaje Charlotte, aparte de llevarse la ropa, también se llevaba libros y laminas y pinceles para dibujar, su otra gran pasión, aparte de leer. En cambio Jane sólo se llevaba su ropa y sus complementos.

a ver si os gusta...

me gusta tu historia es interesante ademas meterse en la vida de esos tiempos ya tiene su merito jeje a mi me gusta haber si sigues, y si puedes porfavor lee la mia y me dices que tal ok?¿ bueno chao un beso

me encanta la historia esta muy interesante haber si te pasas por la mia y me dices que tal

Cuando fueron a la playa, él fue ayudando a sus señores, siempre la estaba mirando. Él no se podía bañar y Jane y Charlotte tampoco se bañaron.

Al día siguiente Jane y su madre se fueron a visitar la ciudad con la vecina y su padre y el vecino se fueron a tomar algo a un bar, así que Charlotte y John se quedaron solos. Ella se puso en la terraza a dibujar y él la fue a observar.

-Hola, ¿Qué tal? Parece que nos hemos quedado solos.
-Eso parece...
-Te vienes a dar una vuelta y te enseño el pueblo es, muy bonito.
-No contigo no voy a ir a ningún lado a no ser que me lleves las cosas y vaya con la vecina, eres un sirviente.
Charlotte se quedó un rato pensando en lo que había dicho, había sido muy cruel, seguro que le había herido y no tenía ninguna razón para decir eso, él era una persona como cualquiera, lo que pasaba es que había tenido mala suerte.
-No te vayas. Lo siento mucho, no quería decir eso. Lo siento. Es que mi madre no me puede ver contigo, ¿lo entiendes?
-No te molestaré más, pero prométeme que darás un paseo conmigo. Si quieres para disimular que estás conmigo, yo te llevaré las cosas.
-Vale, daré un paseo contigo cuando termine el cuadro. ¿Te gusta?
Charlotte le está enseñando el cuadro cuando, de repente, se cae al suelo desde la terraza.
-¡Oh no! Mi cuadro.
-Lo siento, yo te lo cogeré. - Los dos bajan corriendo y cuando lo van a coger sus manos se rozan. - Lo siento, lo siento mucho.
-No pasa nada, el cuadro está bien.


agadezco vuestros comentarios
a ver q tal os parece este trozo, os esta gustando la historia?? bueno decidme todo lo q qrais, tanto comentarios buenos como malos, todo sirve pa aprender

Dos palabras:ME ENCANTA!!
Tienes que hacer un libro asi nos leemos mutuamente!!
haber si escribo algo en mi historia que la tengo muy dejada,me encanta charlotte y con john hay algo eh! jajaja por cierto no te preocupes porque solo te conteste yo pero debo decirte que soy bastante objetiva cuando hago criticas y tu historia me ha enganchado sigue porfa!!

gracias por tus comentarios *_noni_spence_* , estaria bn q las dos nos leyeramos mutuamente... y sigue con tu historia
bueno yo sigo con la mia, a ver si te gusta:

A la mañana siguiente, Jane está tocando el piano y su madre y su padre han salido para dar una vuelta y tomar algo por el pueblo junto con los vecinos. Charlotte sale a pintar el cuadro y allí está él, como de costumbre.
-Hola ¿Cómo va el cuadro?
-Bien, mira.
-¿Quién está tocando el piano?
-Mi hermana, Jane.
-¡¿Tú también sabes tocar así?!
-No, más quisiera yo. Yo sé tocar muy poco, creo que no sé tocar ni la mitad de bien que mi hermana.
-Un día podrías tocar el piano y así te escucho.
-No tocaré hasta que no acabe el cuadro - la música había parado de sonar.
-¿Con quién estás hablando? - pregunta Jane a su hermana.
-Con nadie - la contestó Charlotte.
-Entonces ¿por qué no vienes a tocar conmigo?
-Ya voy. - empezó a sonar una melodía.
-Así que al final te voy a oír tocar - dijo sonriendo John.
-Pero también estará tocando mi hermana...
-Un día te oiré tocar a ti sola.
-Adiós.
-Recuerda que me debes un paseo.
-No hasta que no acabe el cuadro. - y se metió en su casa.

no e puesto muxo xq no tengo muxo tiempo pero ya ire avanzando con la historia...

me gusta!! esta muy bien escrita aunque has puesto poco jejeje sigue escribiendo
y lo de leernos mutuamente y comentarnos esta bien yo por lo menos lo hago jejeje
si publico un libro lo dedicare al foro de la orden por su apoyo jajaaja
por cierto para lo de quedar porme en un privado como ers fisicamente y yo te escribo otro poniendote lo mismo
un besito

Después de una semana el cuadro estaba casi terminado. Desde el día del piano no habían podido hablar, Charlotte se había ido a pasear o había mucha gente en la casa para poder hablar tranquilamente, o John había tenido que ir a acompañar a sus señores, etc. Ese día se volvieron a quedar solos.
-¿Cómo va el cuadro?
-Ya lo voy a acabar, ¿ves?
-Pues mañana vamos a pasear y te enseño el pueblo.
-Bueno vale, porque mis padres y mi hermana mañana no van a estar, les preguntó a donde van y así nosotros no vamos allí.
-¿Eso es lo único que te preocupa, que tus padres te vean con un sirviente?
-Si me ven no me dejaran estar contigo más.
-De acuerdo. Hasta mañana.


te tengo q pedir ayuda noni, no se como seguir me podes dar alguna idea pliss sq no se como enlazarlo con lo siguiente x eso e escrito poco

sigue escribiendo que stoy super enganchada a tu historia!!
me encanta
un besito
PD:haber si quedamos!!

he tardado mil años en seguir con la historia pero por fin me ha llegado la inspiracion, el trzo no es muy largo pero ya ire poniendo mas. espero q os guste

A la mañana siguiente Charlotte bajó muy tarde a desayunar y sus padres y su hermana se iban a ir, así que Charlotte les preguntó:
-¿Dónde vais a ir?
-A las tiendas del centro - como no, su hermana siempre iba a comprar -, iremos a comprar y luego tomaremos algo en un café. ¿Por qué no te vienes luego más tarde?
-Estoy cansada y no me apetece comprar, ¡has estado toda la semana comprando!
Las dos hermanas se rieron. Jane seguía insistiendo en que Charlotte las acompañara pero Charlotte no iba a ceder, no ese día en el que iba a recorrer el pueblo con Jhon.
Salió a la terraza y Jhon estaba ahí, como siempre esperándola. Charlotte acabó el cuadro en media hora.
-Ahora que has acabado el cuadro te toca acompañarme por el pueblo - lo dijo con una sonrisa preciosa -. Vamos a estar todo el día juntos.
-¿¡Todo el día!?
-Si, te tengo que enseñar todo el pueblo, ya verás como te encanta.
-Vale, pero al único sitio que no podemos ir es a las tiendas. Mi hermana está comprando y mis padres están con ella.
-Aún así no te iba a llevar de compras por un pueblo tan bonito como este. Verás cosas que nadie te ha enseñado jamás. Este pueblo tiene unos rincones preciosos - volvió a sonreír -.

esta muy bien pero has escrito poco sigue pronto que me tienes muy interesada

gracias por las criticas
oy es un poco tarde y mi mente esta en otro sotio xq he estao to el dia fuera pero mñn escribo un buen trozo

me gusta mucho!!!!sobre todo me gusta que lo hayas situado en esa epoca, me suelen resultar muy interesntes las historias así. pordrías describir un poco a charlotte y a jhon????esque me muero de ganas por saber como son...
sige escribiendo en cuanto puedas!!

he descrito a charlotte y la siguiente vez describire a john, tienes razon no los habia descrito y yo creia que si.
a ver si os gusta

Charlotte subió corriendo a su habitación, tenía ganas de ese paseo con él, aunque no lo quisiera admitir. Abrió el armario y empezó a buscar entre su ropa. No había nada que le gustase como le quedaba. Al final, derrotada, por no encontrar ningún traje que le gustase, se quedo mirándose al espejo en ropa interior: ella era bastante guapa de cara, una cara fina con una piel blanca que con el sol de la playa se había vuelto más morena, unos ojos castaños, una nariz perfecta y unos labios finos pero con de un color intenso que con el resto de la cara le hacia parecer elegante, delicada. Su cuerpo acompañaba a su cara. Este era delgado pero con un poco de caderas y demasiado poco pecho. Tenía los brazos y las piernas demasiado largos. Ella era alta, más que su hermana. Y esta figura le hacía parecer elegante, ya que su andar enseñado era muy elegante, pero ella nunca había estado conforme con su cuerpo. Su pelo, castaño entre color miel y negro, rizado y por encima de los hombros era lo único que había de rebelde en su cuerpo. De las dos hermanas Jane siempre era la más deseada por los hombres. El cuerpo de Jane tenía más curvas, no era tan alta como su hermana con lo que su cuerpo estaba mejor distribuido. Su cara era más sensual, con su pelo lacio de color miel, sus ojos grandes castaños y sus labios grandes.
Después de mirarse durante largo rato en el espejo, analizando cada parte de su cuerpo, miro al armario decidida, se había acordado del vestido que le había comprado su hermana. Estaba en el fondo del armario ya que para ella ese vestido era demasiado insinuante. Abrió la caja en la que había venido y se lo puso por encima delante del espejo. Era de un tono rosa que conjuntaba con su piel. Tenía un gran escote - "demasiado" - pensó para sí. Le llegaba hasta las rodillas y se estrechaba en la cintura dejando un poco de vuelo a la falda. Era de tirantes gordos. No lo dudo y se lo puso. Cuando se miro en el espejo estaba realmente guapa, "de verdad mi hermana si que sabe elegir" - pensó con una sonrisa, dejando a descubierto sus perfectos dientes - "es como me gusta pero con intoque de su estilo". Se puso sus tacones preferidos y antes de ponerse el sombrero a juego con el vestido, se organizó un poco el pelo, aunque de la forma en que se había levantado no fue fácil poner el pelo en orden.
Cuando bajó, Mary no estaba por suerte, ya que si no le tendría que haber dado una explicación. Salió a la terraza y le dijo a John que ya estaba lista. Se fue rápidamente al salón, donde cogió un papel y escribió una nota a su madre:
He salido a dar una vuelta por el pueblo. Ya he comido así que no os preocupéis por mí. Llegaré antes de la cena.
Besos, Charlotte

Justo en ese momento llamaron a la puerta. Era John como siempre con su gran sonrisa.

ya puedes ir escribiendo mas porque me encanta me tienes super enganchada
y como hacemos siempre seguimos dandonos consejos
el mio es que escribas mas!! XDXD
bsitos

Sigue plis.
Y críticas: Pues la verdad no tengo.
Pero mejor veamos que tal se ponen las cosas, muero por leer lo que jhon le contará a Charlotte sobre su vida. jijijijiji
Bueno , escribe en cuanto puedas.
XoXo

Justo en ese momento llamaron a la puerta. Era John como siempre con su gran sonrisa. Cuando la vio no pudo articular palabra, lo único que hizo fue sonreír.

-¡Qué guapa estás! - empezó diciendo John - pero no te deberías haber vestido así.
-¿Por qué no? - preguntó ella mirándose para ver si veía algo raro.
John se dio cuenta de su expresión preocupada y dijo con una sonrisa:
-Porque no vamos a ir a los sitios a los que sueles ir pero de todas formas me gusta como lo que te has puesto, estas muy guapa.
-Gracias. Pero ¿a donde vamos a ir?
-Es una sorpresa - dijo con una sonrisa traviesa.
La llevó al puerto, donde después de todos los barcos gigantes, había un barco pequeño e intimo que enamoró a Charlotte nada más verlo. John se subió en él y Charlotte no podía creer que ese barco fuese suyo.
-Sube - dijo él con tono de indiferencia alargando la mano para ayudarla a montar en aquel barquito.
-¿¡Este barco es tuyo!? - dijo sorprendida mientras subía en él.
-Este es un pueblo pesquero, aquí a los dieciocho te regalan un barco, no un coche.
Charlotte se acomodó en el barco mientras John se quitaba la camiseta, ya que era uno de los días más calurosos, y empezó a remar. Charlotte sentada veía como John llevaba el barco en la dirección que quería y salían del puerto. Ella empezó a mirarle y a analizarle, sin quererlo, como ella había hecho antes consigo misma. Empezó por la cara, tenía unos rasgos duros, sus ojos grandes y marrones casi negros también la miraban y pensaban en ella, en esos ojos en los que te veías reflejada. Tenía una nariz con algunos bultos que ella pensó que serían de las peleas. La boca era grande con unos dientes también grandes y perfectos. Su pelo era rebelde como el suyo y negro como el carbón, con unos preciosos rizos. Su piel era morena que tantas horas al sol se la habían oscurecido. Bajó por su barbilla u su cuello hasta su cuerpo, era grande y tenía unos músculos que bien se podían apreciar. Sus brazos eran fuertes. Sus piernas grandes junto con sus pies que también iban descalzos. Cada vez que empujaba el remo se movían todos sus músculos en un movimiento que a ella le pareció muy sensual y no podía dejar de mirarle.
Mientras Charlotte iba analizando cada parte de su cuerpo, John estaba pensando en ella, en esta semana que había pasado y que se habían conocido, en las mañanas y tardes que se había pasado observándola mientras ella dibujaba, en las conversaciones que habían tenido, describiendo sus mundos paralelos, en su risa, en sus ojos, en sus labios, en su figura. Ahora ella estaba sentada en su barca frente a él con ese precioso vestido que se ajustaba a su cuerpo, ese sombrero que le tapaba el sol aunque éste, rebelde, se cuela a través de su sombrero haciendo relucir aún más su rostro.

Cuando llegan a la playa, cada uno en sus pensamientos, John se da la vuelta para amarrar el barco y Charlotte le mira la espalda, grande con los músculos funcionando y, sin ella quererlo, baja más la mirada hasta el final de la espalda hasta que él se da la vuelta para ayudarla a bajar. Ella sonrojada porque la ha descubierto analizándole y él divertido por el hallazgo de tal descubrimiento se bajan de la barca.
-Quítate los zapatos, te sentirás mejor - le dice él agachándose para quitárselos.
Descalza sobre la arena, empiezan a andar por aquella playa desierta que un día descubrió John. En ese trozo de playa no hay nadie y mientras pasean callados por la orilla, refrescándose sus pies, ven a los barcos navegando por el mar. John rompe el silencio:
-¿Te gusta?
-Si, es precioso - responde ella con una sonrisa en la cara.
No hace falta decir más. Ella que nunca se hubiera imaginado que fuesen a un sitio como ese. Él saca de la barca una manta grande, mientras ella analiza el paisaje, y la pone en la arena para que se sienten. Ella se sienta con su elegancia natural y él se sienta a su lado. Ninguno habla. Ninguno quiere estropear este momento tan especial.

espero que os guste

hay espero que terminen juntos!!
que romantico
espero que escribas pronto

Después de un largo silencio, John se levanta sin decir nada, sin hacer ruido mientras Charlotte está sumergida en sus pensamientos, se acerca a la barca y coge la comida que la trae en una bolsa de tela junto con otra manta. Charlotte que se ha despertado de sus pensamientos, se levanta y extiende la otra manta, mientras él empieza a poner la comida. La comida es un plato típico de allí. Durante la comida tienen una animada charla en la que él le explica como se encontró este sitio un día en el que se perdió cuando iba de pesca. También le explica a Charlotte los tipos de barcos que van pasando y Charlotte escucha atentamente fijándose en sus ojos, en sus labios...

Al terminar de comer, recogen todo y empiezan a pasear por la paya. Él está más cerca del mar que ella. Mientras pasean ella hace la temida pregunta que le ronda por la cabeza:
-Te puedo preguntar algo - dijo Charlotte mirando a John a los ojos -. Es una pregunta personal, no me la tienes porque responder sino quieres.
-Claro, hazla, la responderé sea lo que sea, no te preocupes - dijo esto seguro de sí mismo sonriendo, algo que tranquilizó un poco a Charlotte.
-¿Estás...? - ella dudó un momento - ¿tienes pareja? - se ruborizó.
-No - dijo sinceramente dándole la mano mientras ella sonreía ante aquella nueva sensación.
Después de otro silencio contemplando el infinito mar, más infinito que las posibilidades que se abrían ante ellos, Charlotte fue quien empezó a hablar.
-¿Dónde está tu familia?
-No tengo familia - dijo mirando hacia el infinito mar. Por primera vez Charlotte lo vio serio. Esto le hizo ruborizarse y sentirse culpable.
-Lo siento - susurro.
-Mi madre murió al darme a luz - empieza a contar su historia - por una complicación y una enfermedad muy rara que tenía que no tenía cura. Mi padre nos crió como pudo, a mi hermano mayor y a mí. Trabajaba hasta tarde mientras mi vecina me cuidaba y mi hermano iba al colegio. Él tenía 15 años y solo le quedaba un curso y luego pensaba ayudar a mi padre trabajando. Al cumplir 17 años, a mi hermano le apareció la misma enfermedad que a mi madre por el esfuerzo que hacía al trabajar. Estuvo muchos meses en cama , mientras tanto yo tenía 2 años. Mi padre no sabía que hacer ante esta situación, ya que el trabajaba hasta tarde y mi hermano no se podía mover de la cama. No teníamos familiares a los que pedir ayuda porque mis padres eran hijos únicos y mis abuelos habían muerto. De vez en cuando venía alguna vecina, alguna amiga de mi padre y le ayudaba. Él se despertaba pronto y preparaba la comida. Luego mi hermano me la daba y cuando volvía mi padre, él hacía la cena. Esta situación duró 9 meses, tras esos meses mi hermano se murió. Mi padre no se pudo recomponer de dos muertes tan importantes tan seguidas. Le despidieron de su trabajo. Él intentó retenerme con él todo lo que pudo hasta que ya se hizo imposible la situación y me llevó al orfanato. Allí crecí, no sin alguna pelea. Con 16 años salí de allí. Antes todo esto me lo contó la directora del orfanato, ya que yo sólo tenía algunos vagos recuerdos y también me dio la dirección de mi antigua casa, con la esperanza de que allí encontrara a mi padre. Fui a la casa de mi padre donde se encontraban los señores a los que sirvo. Ellos me dijeron que mi padre había muerto hacía 10 años. Se portaron muy bien conmigo, me ofrecieron este trabajo y me dejan vivir aquí en invierno cuando no están - se volvió para mirar a Charlotte. Ésta estaba con la cabeza gacha.
-Lo siento - susurro aún más bajo que antes con lágrimas en los ojos -. No lo sabía.
-No te preocupes - le dijo mirándola a los ojos y secándole con el dedo una lágrima que corría por la mejilla -. Olvidemos esto y disfrutemos de nuestro paseo - dijo sonriendo.
Charlotte al verle sonreír sonrió con él. John, que todavía seguía cogiéndola de la mano, se soltó y corrió hacia el mar, intentando echarle agua a Charlotte. Charlotte riendo entró un poco en el mar y empezó a salpicarle. Después de esa pelea de agua acabaron los dos mojados enteros. El vestido rosa de Charlotte se transparentaba un poco en sus pechos y John se quitó la camisa mientras iba a por una manta para que Charlotte se secara.

Cuando Charlotte se secó, él le dijo que volviese a subir a la barca porque la iba a llevar a un sitio más bonito que ese. Charlotte no se podía imaginar un sitio más bonito que ese. Él empezó a remar y la vista de Charlotte, sin que ella pudiera evitarlo, fue desde su cara hasta su torso. Al final se encontraron en medio del mar con el puerto a sus espaldas y el inmenso mar frente a ellos viendo como el sol se escondía en él. El uno junto al otro frente al mar y el sol. "Esto lo tengo que dibujar" pensó ella dándole la razón a él de que ese sitio era igual o más bonito que la playa desierta.

Cuando oscureció del todo y ya no quedaba rastro del sol, John volvió a remar para ir al puerto porque sabía, aunque ella no se lo había dicho, que no se podían retrasar mucho.

espero que os guste
mañana me voy a la playa y no me puedo conectar hasta que vuelva (a lo mejor me conecto un par d veces), asi q supongo que lo ultimo q escribire lo escribire esta tarde
pero ire escribiendo con boli y papel como noni =)

jajaja!! me alegro que te sirvan mis ideas
me encanta como te esta quedando deberias pensar en hacer un libro sobre esta historia tendri mucho exito
bsitos y que te lo pases genial en la playa

Charlotte llegó a su casa y sus padres y su hermana estaban sentados en el salón esperándola, muy preocupados. No se había dado cuenta de lo tarde que era.
-¿¡Cómo se te ocurre venir tan tarde!? - dijo su madre dándole una bofetada en la cara.
-Estaba mirando el atardecer en la playa y se me ha pasado la hora.
-Nosotros hemos ido a la playa y no te hemos visto, ¿dónde estabas?
-Estaba en la playa, sólo he andado unos metros más para no estar donde estaba toda la gente.
-¿Y cómo es que llevas ese vestido?
-Me lo he probado y como me encontraba bien con él...
-¡Qué no se vuelva a repetir! Y cena algo
Charlotte va a la cocina con la mano en la mejilla a causa del dolor, coge una manzana, la lava y se va a su cuarto, donde esta su hermana mirándose al espejo con un nuevo vestido.
-¿A dónde has ido? - le pregunta intentando descifrar la verdad en la cara de su hermana.
-A la playa, ya os lo he dicho.
-¿Seguro? - insiste.
-Claro.
-Pues, entonces, ¿con quien has ido?
-Con nadie - dice mirando a su hermana y como eso no le convence continúa - necesitaba relajarme.
-Ya, seguro - se queda un rato pensando mientras Charlotte se como su manzana leyendo su libro favorito: Orgullo y prejuicio -. Nunca hemos tenido ningún secreto y ahora me ocultas algo, ¿qué es?
-Algún día de estos te lo diré - promete Charlotte mientras Jane la mira extrañada -. Te lo prometo.

Al día siguiente Charlotte se levanta con su hermana. Charlotte abre la ventana y mira por ella. Allí está él, no se pueden mirar, hay mucha gente. Jane advierte esa mirada que le echa al criado de los vecinos, que está sin camiseta.
-No está del todo mal, lástima que sea un criado.
Charlotte la mira con cara rara. Bajan a desayunar y sus padres se quedan, su hermana baja un rato a la playa y Charlotte la acompaña.
-Te he visto como le mirabas - empieza Jane.
-Y ¿qué has visto?
-Te gusta - sonríe - yo diría que incluso estás un poco enamorada. Ayer fuiste con él, ¿verdad?
-No se lo cuentes a nadie, pero si - y le empieza a contar toda la historia -. ¿Me cubrirás delante de nuestros padres?
-Por supuesto, pero no se que ves en él. Es arrogante y sucio.
-Eso es mentira y además tu no le conoces - sonríe a su hermana.
-Bueno aunque no le conozca no creo que sea bueno para ti.
-¿Es porque es pobre?
-No - miente su hermana, a la que no le hace ni pizca de gracia que su hermana esté con ese criado.
-Ya claro - mira a su hermana, que no sabe mentir -. Además yo tengo suficiente dinero para los dos. No te pido que me cubras, ni que me entiendas, ya sé que para ti será difícil, sólo te digo que no se lo digas a nadie.
-De acuerdo, no se lo diré a nadie, pero eso ¿no es cubrir? - las dos hermanas se echan a reír -. has caído muy rápido.
-Eso es porque no podemos tener secretos - las dos hermanas se sonríen.

ya no voy a poder escribir nada más hasta finales de agosto
espero que os guste

me encanta espero que te lo pases genial en la playa y que escribas mucho aunque sea en un cuaderno