La Reunión

Con este relato gané el año pasado el concurso literario de mi colegio. Era de las más peques, de las pequeñas de 3º, y el concurso era de 3ºESO a 2ºBach. Me quedé cuando me dieron el 1º premio. Espero que os guste, aunque yo ya le saco errores por todas partes =s

Un beso
Gemma Cross



La Reunión



Mojé mi pluma de roble en tinta negra y comencé a deslizarla suavemente sobre el papel que se hallaba ante mí.
Afuera, bajo el sol otoñal de un atardecer francés, el Dronne susurraba entre las hojas caídas de los árboles, serpenteando por aquel maravilloso bosque que cubría gran parte del Périgord, trayendo su envolvente melodía hasta mis oídos. La cadencia de su gorgoteo era la musa que inspiraba todo lo que escribía. En su ausencia, me quedaba en blanco sin remedio.
En aquella ocasión, no sé por qué, el río me inspiró cierta melancolía al tiempo que me trajo un profundo sentimiento de plenitud…


“Ya estaba todo preparado, ya estaba lista para ello. No había nadie, estaba totalmente sola en aquel caserón victoriano que había sido mi hogar de infancia. Al otro lado del cristal del balcón, más allá del bosque y de las montañas cubiertas de nieve en sus cumbres, el Sol se ocultaba en el horizonte.
En aquel lugar, el momento más bello y mágico del día era el crepúsculo. Pero en aquellos instantes, me pareció el más bello de mi vida. La razón era sencilla, no volvería a verlo jamás.
Entonces, me decidí, era el momento ideal.
Abrí el balcón, y una brisa de aire fresco revolvió mi pelo, decorándomelo con las hojas marrones del final del otoño. Me sentí libre, ligera.
Di un paso, y después otro, sintiéndome cada vez menos anclada a esta tierra. Me subí a la barandilla y… ya no volví a despertar.”


De mí pluma surgieron aquellas palabras. Yo tan sólo deslizaba mi mano sobre la cuartilla amarillenta mientas, por mi mente, pasaban las imágenes de lo que relataba, tan vivas como si me hubiese sucedido realmente.
Aparté aquella hoja y tomé una nueva del montón que guardaba en mi escritorio. Entonces, el compás de mi inspiración cambió. Y en vez del sentimiento de plenitud que hasta ahora había estado mandando en mí, me envió una dulce dosis de añoranza y desconsuelo…


“Aquella noche sin luna, cielo encapotado y sin estrellas, un hombre joven y preso de la nostalgia arrastraba sus pies por las oscuras calles de París.
Llevaba ya días así, andando sin cesar, sin comer y sin dormir. Sus ojos, profundos y ojerosos, expresaban una tristeza inhumana, llena de sufrimiento. Los habitantes de aquel sucio y pobre arrabal de París comenzaban a temerle, a sentirse intimidados con su presencia, puesto que cada vez que pasaba por delante de sus casas, parecía que la felicidad se esfumaba del lugar. Cuando aquel joven cruzaba, cabizbajo, por una calle alegre, llena de niños jugando, todos ellos se paraban en seco, apenados por aquella misteriosa figura que hacía que la melancolía invadiera sus inocentes corazones.
La verdad era que el espíritu de aquel hombre sufría lo inimaginable con aquella imagen que había quedado grabada en su mente como un tatuaje: la imagen de una joven de pelo caoba, aterciopelado, y ojos verdes, como sacados de un cuento de hadas. Los recuerdos de su vida junto a ella le cautivaban, le embargaban de un bienestar sin límites, pero al recordar la verdad de lo ocurrido, su corazón iba consumiéndose por una infinita tristeza.
De pronto, una inmensa tromba de agua empezó a caer sobre la capital de Francia, creando charcos en las calles. El joven ya no se tenía en pie, pero, con aquella terrible imagen en su mente, no podía cesar de andar. Súbitamente, sus rodillas flaquearon, haciéndole caer, sin vida, sobre uno de los innumerables charcos de aquella solitaria y oscura calle de París. Lo último que vio fue la ilusión del reflejo, sonriente y ebrio de felicidad, del rostro de su difunta amada.”


Con el corazón en un puño, releí lo que el Dronne acababa de murmurarme al oído.
En la noche, que ya cubría aquel lugar, la Vía Láctea se veía con una perfección absoluta: aquel cielo parecía una inmensa cúpula pintada al óleo por su cara interior. Y al levantar la mirada hacía las alturas a través de la ventana, mi admiración fue tal que no pude resistir la tentación de alzar la mano para acariciar las estrellas. Y largo tiempo quedé aturdida, maravillada por la magia de la naturaleza.
Cuando, al fin, mi mente regresó a su cuerpo, descubrió que la sinfonía de aquellas aguas había vuelto a cambiar, que ahora sonaba como música de baile, con grandeza, con misterio, con fantasía… y con amor.


“El banquete era exquisito, la música sonaba por doquier y los invitados parloteaban y bailaban alegremente. Máscaras de miles de colores y formas, confeccionadas con las más ricas telas y las más suaves y ligeras cerámicas, cubrían los rostros de todas y cada una de las personas presentes en el Gran Salón, impregnando la estancia con un sutil aire de irrealidad. En aquel atardecer, en aquella noche, Venecia bullía de actividad.
La oscuridad iba cerniéndose sobre la ciudad italiana como un suave manto negro de terciopelo que, según se oscurecía, iba cubriéndose de purpurina plateada. Las calles, atestadas por la más variopinta multitud, danzaban al son de alegres melodías. Había niños, niñas, hombres, mujeres, ancianos, comerciantes, nobles y campesinos, todos juntos, mezclados, disfrutando del momento sin distinciones. En las tabernas, gordos bonachones bebían mientras se regodeaban en sus lujuriosos pensamientos al observar a las enmascaradas cortesanas. En los palacios de las familias de la alta sociedad se organizaban las más fantásticas fiestas. Y afuera, bajo el cielo, el resto de la gente.
La imponente arquitectura barroca del Gran Salón, sumamente decorado en su interior en tonos ocres y dorados, resaltaba en la composición del edificio por su magnificencia. Y la potentísima voz de soprano de la cantante de la orquesta, al llegar la media noche, resonó en aquella sala acompañada de una lúgubre música.
Bailando entre los cientos de invitados, Stefano, el joven primogénito del burgués propietario de la mansión, quien había organizado y preparado la mascarada, tenía los ojos posados sobre la señorita de compañía de una de las nobles invitadas. Se aproximó lentamente a la señora de la muchacha, una adinerada aristócrata a la que el peso de los años impedía mantenerse erguida, y con grandes elogios y agradecimientos por haber asistido al festejo, le pidió que le concediera un baile. Cansada como estaba a aquellas altas horas de la madrugada, rechazó su amable oferta ofreciéndole en su lugar a su doncella. Con una discreta sonrisa, que disimulaba ingeniosamente que conseguir un baile con la moza era su objetivo principal, aceptó de buen grado.
-Caterina, acérquese –dijo la anciana.
-¿Sí, mi señora?
-Stefano, esta es Caterina Corner.
-Encantada –murmuró, sonrojándose tras su elaborado antifaz negro.
Stefano asintió con la cabeza a modo de saludo.
-Es la hija del comerciante de telas de la Calle dei Fabbri, ¿le conoce usted? –continuó la marquesa.
-Por supuesto, su comercio es cada vez más prestigioso. Le encargué una buena cantidad de telas de hilo para confeccionar varios de los manteles que hoy tenemos el honor de lucir por primera vez sobre estas mesas. Bien puede su padre hacer gala de su impresionante calidad, señorita Corner –halagó el joven.
-Gracias, se lo comunicaré gozosa –respondió, ya algo más serena.
Hubo un instante de incómodo silencio en el que los tres intercambiaron miradas de confusión, apremio y decisión, tras el cual Stefano anunció:
-¿Me concedería unos bailes, señorita? –preguntó haciéndole una reverencia con la mano y tendiéndosela, al tiempo que se inclinaba con ligereza.
-Sería un gran honor…
-El honor es mío, señorita Caterina.
Con una sonrisita en los labios, la anciana vio a los dos jóvenes alejarse bailando.

* * *

La luz del amanecer fue iluminando lentamente la ciudad de las calles de agua, despertando con una dulzura imperecedera a sus habitantes, que yacían agotados en sus camas tras aquella noche infinita de excesos y placeres. Ahora le acababa de llegar el turno a la abstinencia.
En una de las habitaciones del palacio de la familia Barozzi, una muchacha de unos diecisiete años se levantó sobresaltada, con una profunda preocupación pintada en el rostro. Era perfectamente consciente de lo sucedido y no quería ni imaginar qué sucedería si, siendo una señorita de compañía, una simple doncella, se quedaba embarazada de uno de los nobles más conocidos del Veneto sin estar casada ni comprometida con nadie. Una profunda palidez inundó su rostro. Desde la cama, se quedó mirando a un punto fijo, inexistente, con la mirada borrosa. Al rato se despertó su compañero, y adivinando lo que pasaba por su mente, la abrazó y le musitó al oído:
-Jamás dejaré que te suceda nada, y por eso mismo no tienes por qué regresar, tan sólo, quédate aquí conmigo…”


Unos ligeros y rápidos pasos que subían con impaciencia las escaleras, me sacaron de la ensoñación que el escribir me producía. Tres golpecillos apresurados precedieron el abrir violento de la puerta de mi estudio.
-¡¡¡Mamá!!! –gritó mi hijito antes de lanzarse, jadeando, sobre mí para abrazarme.- ¡¡Papá ha vuelto!!
-Papá… -me quedé sin habla, con lágrimas en los ojos.
Cogí a Ythier en brazos y corrí escaleras abajo. Mi marido había partido hacía ya seis meses para revisar personalmente los beneficios que rentaba nuestra hacienda de La Reunión.
Salí a la intemperie, posé a nuestro niño, y me lancé a sus brazos.
Ythier no tardó en abrazársenos.


PD: <-Tiene derechos de autor. Ahora que la releo pienso que podría haberme llamado Caterina Corner en el foro y para el rol... me encanta el nombre.

QUÉ CORAJE!

y si me mudo de nombre? xD Creo que no se puede Jooo aaaa no vale =( SHIT!

Horrible

Verdademente horrible

Horrible como se ven las letras que se escriben en cursiva, Gemma!! O que creiste vos???


Escribes bonito..siento lo que queres expresar, y eso es bueno. Escribes con sentimiento.no son solo palabras huecas.

Pero fijate que el titulo debe expresar lo mismo que el relato..entiendes??

Me gusta, esta bueno..y juro que si no hablabas de derechos de autor, lo copiaba y lo publicaba con mi nombre

MR

jajaj xD pues los tiene, está registrado
aunque me halaga que te vieras tentada =P

Mira, mi nuevo fic comienza asi:
Mojé mi pluma de roble en tinta negra y comencé a deslizarla suavemente sobre el papel que se hallaba ante mí...
Te gusta??
Lo escribe hace unos años pero recien me animo a publicarlo.
jeje
Gracias, ahora lo puedo decir:

HERMOSO


GENIAL

ESTUPENDO...como se ven las letras cursivas
jeje

Jaj =P esa frase se me ocurrió de camino a mi casa en el autobús, estuve con ella en la cabeza 1hora entera! =P

PLAGIO! MI FRASE ¬¬ =P no en serio, plis, no la tomes, IT'S MINE! (con todo el amor del mundo, pero de veras, no la cojas por favor...

confío en tí

Colega, fijate..se que hay que tener un sexto sentido como para saber cuando hablo en serio y cuando no..
Se que eres inteligente..no creas todo lo que insinuo..
MR

lo sé, te estaba siguiendo la broma en serio =P

Gemma, las unicas ideas que estan en mi linea son las que salen de mi cabeza..
Despreocupate..
Y por si no lo habias notado: estaba bromeando xDDDDDDDDDDDD
Y mis bromas no tienen gracia si los demas no las entienden

Yo sigo pensando en mi nuevo fic...............ideas..................muchas ideas.................lastima que solo debatirlas con mi cabeza

hum...

realmente bonito.. no me extraña qeee ganases
y solo estabas en 3º? estoy muy impresionada, en serio
si quieres dedicarte a escribir, no lo dudes xq eres buena

Ahora lucho por llevar a la escena mi primera obra de teatro =P

jajaj pues muchisisisisisisima suertee!

graaciaas!!! ya te daré un toque para que te pases por madrid =P